Condena de carcel a un abogado por apropiarse de la indemnización por despido de su cliente.

La lectura de esta noticia puede sorprender a más de uno y preguntarse cómo es posible que un abogado pueda hacer este tipo de cosas. Afortunadamente no es lo habitual, sino más bien un caso excepcional, aunque a veces ocurre y el delito por el que ha sido condenado de apropiación indebida, incluso vaya unido a otros como el de falsedad en documento para disfrazar ante el cliente el retraso en entregarle la indemnización que se ganó en el Juzgado de lo Social.

Confianza en abogado se va debilitando

El asunto debe remontarse hace muchos años, pues desde que se obtuvo la indemnización hasta que el Tribunal Supremo ha condenado al abogado a devolverla ha debido pasar mucho tiempo.

Probablemente el cliente durante todos estos años estuvo preguntando al abogado cómo iba su asunto e incluso comentando a familiares y amigos su extrañeza ante el retraso en cobrar la indemnización.

Es verdad que la Justicia va muy lenta pero también lo es que la confianza del cliente hacia su abogado cuando transcurre mucho tiempo también se va debilitando y es el momento en que el cliente debe de dar un paso más allá e informarse por sus propios medios de cómo está su asunto y aquí es donde negligencias de abogados da el servicio que el cliente necesita para prevenir y evitar situaciones indeseadas como la que se describe en la sentencia del Tribunal Supremo.

Cuidado con lo que cubre el seguro de RCP de los abogados

No prever este tipo de situaciones y adelantarse, puede dar lugar no solo al desgaste psíquico y emocional del cliente durante todos estos años sino el consiguiente perjuicio económico, toda vez que si el abogado resulta insolvente probablemente se quede sin cobrar su indemnización por cuanto que el seguro de responsabilidad civil profesional de los abogados excluye las condenas por delitos doloso, como el de este caso, de forma que si se ha llamado al procedimiento a la aseguradora, ésta opondrá esta exclusión para no tener que indemnizar al cliente ni como responsable civil directo ni subsidiario.

Mejor prevenir que curar.

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